Neoconservadurismo vs. neosubversión

Entrevistamos a Laura Guerrero Guadarrama, una de las voces más lúcidas de la academia mexicana.

Reportaje de Valeria Sorín a Laura Guerrero Guadarrama

 

En el Foro de Promoción de la Lectura que tuvo lugar en agosto en la ciudad de Resistencia, la especialista Laura Guerrero Guadarrama sorprendió a la audiencia poniéndoles palabras a los movimientos macropolíticos que acontecen en el campo de la literatura infantil.

-¿De qué forma caracterizaría los procesos conservadores y subversivos en la LIJ?
-En la LIJ han existido dos tendencias muy claras que a veces hacen dudar a los estudiosos y los llevan a pensar que toda la literatura infantil debe tener un mensaje didáctico, pues en sus inicios la escritura y la edición para la infancia tenía esa función fundamental, se destinaba a la enseñanza.
Pero de manera paralela corría una literatura oral que seducía a sus jóvenes escuchas y que se fijaba o escribía en ediciones económicas, una creación subversiva, gozosa, a veces con tintes siniestros. De esa herencia surgen las obras que se constituirán en los clásicos de la LIJ, como Alicia, Peter Pan, Los cuentos de Andersen, Las aventuras de Pinocho. Son obras que subvierten las normas de lo establecido para la infancia, los personajes son contestatarios, rebeldes, rechazan lo establecido, rompen las normas.
Alison Lurie lo señala en su texto No se lo cuentes a los mayores. “No obstante, estos textos subversivos la mayoría de estos textos clásicos y subversivos devuelven al o los protagonistas a la ‘normalidad’, los hacen encajar en los roles, los insertan en la sociedad como personas que no causan problemas, sus aventuras son un recorrido que los hace madurar y crecer. El héroe regresa al mundo adulto para encajar en él. El lugar común es el final feliz (de acuerdo con los parámetros del adulto)”.
El auge de estas obras se dará en la llamada época victoriana y eduardiana en Inglaterra, para muchos el siglo de oro de la LIJ. Incluye obras de Oscar Wilde, de Lewis Carroll, de Rudyard Kipling, de James Matthew Barrie.
El auge de obras creativas destinadas al deleite de la lectura infantil también se dio en otros países europeos y americanos, fue un siglo especialmente interesado en este público. José Martí publica su famosa revista mensual Edad de oro, que comenzó en 1889. En España tienen mucha importancia los llamados Cuentos de Calleja, editados por Saturnino Calleja, ediciones que llegaron a Latinoamérica, especialmente a Argentina y México.
En México se editaban los cuentos del editor Vanegas Arrollo, cuentos populares e ilustrados, también se incluyó el teatro y además se editaban selecciones románticas de poesía y relatos. En Latinoamérica también había editoriales francesas, como Editorial Casa Bouret, que editaban libros costosos con selecciones edificantes para la infancia. En México la época porfiriana también se caracterizó por las revistas infantiles que mostraban infantes felices en un mundo utópico. Detrás estaba la imagen romántica de la infancia –que idealiza a los infantes como buenos por naturaleza, inocentes, espirituales y puros– más vinculada a la normatividad social y cultural que pretende disciplinar y controlar a todos los niños.
Se considera que el concepto de niñez también es producto del imperialismo europeo y que muestra una estructura de control y explotación eminente masculina, pues se obliga a los niños a pensar y a actuar de una cierta manera de acuerdo con los cánones sociales establecidos, víctimas de la estructura imperialista y sexista. La paradoja surge cuando se observa que los niños eran alabados, pero fue la época de una gran explotación infantil sin leyes que los protegieran.
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Movimiento de ida y vuelta

-Entiendo que lo que había sido antes subversivo se habría acercado a la hegemonía. ¿En qué medida lo ha visto instalarse en Latinoamérica?
-Sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial y con el fracaso de los metarrelatos, la noción romántica se puso en un nuevo contexto: el postmoderno del capitalismo tardío, para resignificarla, ratificando el hecho de que todas las niñas y niños necesitan del cuidado y la protección real de los adultos y de las instituciones para favorecer su desarrollo integral.
Surgió una literatura que resignificaba la subversión a la que llamamos neosubversiva. La subversión afecta a la misma subversión; cuestiona lo cuestionado y no admite el regreso a la normalidad de los personajes rebeldes, que manejan valores no convencionales y una visión del mundo que se burla de los presupuestos comunes. Una de las nociones que se ponen en duda es la de los límites entre la literatura infantil/juvenil y la de los adultos: la brevedad para los/as niños/as, el manejo del lenguaje legible, las temáticas comprensibles, los formatos sencillos, los finales felices… El mundo ideal es cuestionado y modificado. Aparecen obras como El señor de las moscas (1954) de William Golding, o la Historia interminable (1979) de Michael Ende, ejemplos de dos de las corrientes más importantes: la neorrealista y la neorromántica (no confundir con la neoconservadora).
En Latinoamérica el vigor de la narrativa oral ha permanecido mucho tiempo, y con ella el estatuto subversivo, irreverente y gozoso. Las obras escritas, no obstante, debieron esperar hasta mediados del siglo XX para comenzar tímidamente a explorar el mundo neosubversivo, pues la mayoría de los textos se mantuvieron en el mundo romántico estilística y temáticamente hablando. María Elena Walsh sería una de las adelantadas.

-Y posteriormente ha identificado un resurgimiento de un nuevo movimiento conservador. ¿Qué lo ha motivado? ¿Qué características adquiere?
-El movimiento neoconservador es un rasgo característico de la posmodernidad. Los mismos teóricos de la posmodernidad podrían agruparse en dos grandes grupos: aquellos que desprecian muchos de sus aspectos porque la culpan de los problemas actuales, como los neoconservadores y los que hacen una lectura crítica de la modernidad para ofrecer nuevas propuestas y revisiones. Lo neo aplicado a la noción conservadora significa la aceptación de la modernidad económica, pero sin desviarse de la búsqueda del orden y de mantener el statu quo. José María Mardones señala que los neoconservadores defienden el sistema capitalista democrático tal y como ha ido funcionando, no sienten nostalgia del pasado, pero buscan la mesura en el orden cultural, buscarían “compaginar la computadora con el jubón medieval. […] Son progresistas mirando a la economía, cautos en las cuestiones político-democráticas y conservadores en los valores y la cultura”.
La noción neoconservadora domina la producción de la LIJ en nuestros países, en un estudio en México y España se pudo demostrar que en cantidad es mucho mayor a la neosubversiva. Subyace la idea de que la LIJ debe enseñar, dar ejemplos edificativos, valorar los roles tradicionales de los sexos y de las familias, de hecho, algunos estudios muestran que prevalecen las representaciones de personajes blancos en zonas urbanas. Esta producción se consume especialmente en colegios y familias conservadoras, las ideas que manejan están fuertemente instaladas en el adulto promedio, que desea proteger a los infantes de las crueldades del mundo o de las verdades del propio cuerpo infantil, por lo que predominan las obras de fantasía.

-¿Cómo aplica la posmodernidad en nuestra región?
-Es muy frecuente escuchar que la posmodernidad es una época inventada por los países del primer mundo y que sus rasgos no corresponden con los de otros países, no obstante, lo que primero caracteriza esta época, a la que se puede entender de dos maneras: como posterior a la modernidad o como una estética, es la globalización; la influencia es feroz, la rapidez de la comunicación, los contagios, las modas. Estas dos tendencias: neoconservadora y neosubversiva caracterizan muchos de los fenómenos contemporáneos, incluyendo la producción de la LIJ.

Para profundizar, recomendamos leer:

Guerrero Guadarrama, Laura. Posmodernidad en la literatura infantil y juvenil. México: UIA, 2012, —. Neosubversión en la LIJ contemporánea. México: Textofilia, UIA, 2016.

 

Autor: editoriallabohemia

Editorial La Bohemia nace en el año 2000 de la mano de uno de los mejores poetas argentinos, Daniel Muxica. Hoy, bajo la dirección de Valeria Sorín y Laura Demidovich, se propone como un espacio de encuentro y de propuesta en cada una de sus áreas.

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